Cómo elegir y contratar mantenimiento eléctrico sin volverte loco

Paso 1: antes de buscar, define bien qué necesitas

Antes de lanzarte a pedir presupuestos, mi primer consejo es que pares un momento y pienses qué buscas exactamente. Ir a ciegas es la receta para contratar algo que no te sirve o pagar de más.

Reflexiona sobre el tipo de mantenimiento que priorizas: ¿Buscas principalmente revisiones preventivas para evitar averías, que es lo más recomendable?, ¿o necesitas más bien cobertura correctiva para arreglar fallos cuando ocurran? Lo ideal suele ser una combinación de ambos.

También ayuda conocer algunas cosas básicas sobre tu instalación: si es grande o pequeña, su antigüedad, o si tienes equipos especialmente críticos como máquinas importantes, servidores o cámaras frigoríficas. Tener esta idea clara te permitirá explicar mejor tus necesidades.

Finalmente, ten en cuenta si, por tu tipo de actividad o comunidad, la ley te obliga a algo específico. Puede que necesites cumplir con ciertas revisiones periódicas recogidas en la normativa de mantenimiento eléctrico. Asegúrate de que el servicio que contrates lo cubra.

Paso 2: busca y selecciona candidatos fiables

Ahora sí, ¡a buscar! Pero ojo, yo que tú no me fijaría solo en el precio. La seguridad y la calidad son clave aquí. Para encontrar empresas fiables, puedes preguntar a tus contactos de confianza, consultar en los Colegios Profesionales o verificar en el Registro Industrial que sean instaladores eléctricos autorizados.

Una vez tengas 3 o 4 candidatos, pídeles un presupuesto detallado. Insiste en que sea claro, especificando como mínimo:

• Las tareas exactas incluidas (revisiones, limpiezas, mediciones…).
• La frecuencia de las visitas programadas.
• Cómo se cubre el servicio de averías (desplazamiento, mano de obra…).
• Los tiempos de respuesta prometidos en caso de urgencia.
• Si te entregarán informes escritos después de cada visita.

Mi consejo es que desconfíes de los presupuestos vagos. Compara solo propuestas claras y completas. Puedes hacerte una idea de costes en nuestra guía sobre el precio del mantenimiento eléctrico.

Paso 3: evalúa las propuestas

Con los presupuestos en la mano, toca analizar. No te quedes solo en el número final; fíjate también en si la empresa tiene experiencia demostrable en instalaciones como la tuya y pide referencias si lo necesitas.

Es fundamental que compruebes que cuentan con un buen seguro de responsabilidad civil por si algo sale mal (no dudes en pedir la póliza). Además, verifica que los técnicos que enviarán están debidamente cualificados.

Y no subestimes la comunicación: ¿te explican las cosas de forma clara y responden tus dudas? A mi parecer, que haya buena sintonía y te sientas cómodo preguntando es clave para una relación fluida.

Paso 4: el contrato, ¡léelo con lupa!

¡Has elegido! Pero antes de firmar, detente aquí. El contrato define vuestra relación y es crucial entenderlo bien. Sé que da pereza, pero dedicarle tiempo ahora te ahorrará problemas después.

Asegúrate de que especifica claramente qué servicios cubre y, muy importante, qué no cubre (las exclusiones), para evitar sorpresas. Revisa bien cómo se detallan las tareas preventivas y cómo funciona el servicio correctivo en caso de avería, incluyendo si las piezas pequeñas están incluidas o no.

Presta especial atención a los tiempos de respuesta prometidos (el SLA o Acuerdo de Nivel de Servicio), sobre todo para urgencias. Comprueba que los plazos indicados (respuesta y, si lo hubiera, resolución) se ajustan a lo que necesitas y si la disponibilidad es 24/7 o limitada.

Entiende bien la duración del contrato, si se renueva automáticamente y cómo cancelarlo; mi recomendación es que te pongas un recordatorio si es así. Fíjate también en las responsabilidades de cada parte y las garantías que ofrecen sobre su trabajo y las piezas.