Mantenimiento eléctrico: los errores que debes evitar

Error 1: ignorar las señales de aviso

Tu instalación suele avisar antes de un problema gordo. Ignorar esas señales es un error frecuente y peligroso. Fíjate bien: ¿notas chispazos al enchufar algo? ¿Huele a plástico quemado cerca de enchufes o del cuadro? ¿Hay enchufes o interruptores calientes al tacto? ¿Las luces parpadean sin motivo aparente?

Mi consejo es que no lo dejes pasar. Estas son banderas rojas que indican un problema subyacente que necesita atención profesional urgente.

Error 2: intentar reparaciones sin ser profesional

El impulso de arreglarlo tú mismo es fuerte, pero con la electricidad, es un error gravísimo si no sabes exactamente lo que haces. Intentar reparar un enchufe, cambiar un automático o manipular cables sin formación ni herramientas adecuadas puede empeorar la avería, provocar cortocircuitos o, peor aún, una descarga eléctrica grave.

Error 3: usar materiales de baja calidad o incorrectos

Ir a lo más barato en material eléctrico es un ahorro que sale carísimo a la larga. Usar cables de sección insuficiente, interruptores de mala calidad o componentes sin certificación es comprar papeletas para un sobrecalentamiento, un fallo prematuro o, directamente, para que las protecciones no actúen cuando deben.

Yo que tú, invertiría siempre en materiales homologados y de calidad adecuada.

Error 4: dejar conexiones flojas

Parece una tontería, pero un cable mal apretado en una conexión es una de las causas más comunes de sobrecalentamiento y riesgo de incendio. Esa mala conexión genera resistencia, calor, y puede acabar derritiendo el aislamiento e iniciando un fuego.

Suele ocurrir por prisas en la instalación/reparación o por falta de revisión. Un mantenimiento profesional incluye la revisión y reapriete de conexiones clave.

Error 5: sobrecargar los circuitos eléctricos

Enchufar demasiados aparatos de alto consumo (estufas, planchas, microondas…) en un mismo circuito, a menudo usando regletas, es un error muy habitual. Cada circuito está diseñado para una carga máxima.

Superarla provoca que salten las protecciones (si funcionan bien) o, peor, que los cables se sobrecalienten internamente, dañando la instalación de forma invisible hasta que falla.

Error 6: descuidar o manipular las protecciones

El cuadro eléctrico con su interruptor diferencial (protege de descargas) y sus magnetotérmicos (protegen de sobrecargas/cortos) es tu principal defensa. Un error fatal es no probar el diferencial periódicamente (pulsando el botón de test) para asegurar que funciona, o puentearlo o sustituir un automático por otro de mayor amperaje “para que no salte”.

En mi opinión, esto es una temeridad que te deja totalmente expuesto a accidentes graves.

Error 7: omitir el mantenimiento preventivo

Esperar a que algo falle es menos seguro y más caro que prevenir. No realizar revisiones periódicas por un profesional impide detectar a tiempo esos problemas silenciosos (conexiones flojas, aislamientos deteriorados, protecciones que no van bien…). Como ya vimos al hablar de qué es el mantenimiento eléctrico, la prevención es clave.

La solución: profesionalidad y prevención

La buena noticia es que la mayoría de estos errores se evitan con dos cosas: sentido común y profesionalidad. No intentes reparaciones complejas tú mismo, usa materiales adecuados, no ignores las señales de aviso y, sobre todo, cuenta con un instalador electricista autorizado para las revisiones y reparaciones. Realizar un mantenimiento preventivo periódico es la mejor inversión para evitar sustos y gastos mayores.